PRIMER AMOR
Son las 3 de la tarde y mientras disfruto de la vida sumergida en los placeres que produce comer siento en la nariz el olor de mi conquista de anoche.
Salí a la puerta después de que me aviso que ya había llegado, ya sabia como era físicamente de todos lados pero en su resguardo por el que dirán me había pedido no intercambiar fotos de rostro, como una verdadera "nalga pronta" de profesión que soy y sin importarme los riesgos de la clandestinidad me aventure a decirle que si, pero le puse una condición, si no me gustas te vas sin hacer drama.
Niñ@sssssss!!!!! Lo que me encontré al abrir la puerta,al ver los labios de ese hombre súbitamente se me deslizó la tanga hasta los tobillos, sentí un aire tipo la Rosa de Guadalupe, Jajaja (aquí es donde te ries)...
Donde vivo, al entrar hay un pequeño jardín sin flores, con una banca vieja y seis mega tambos para depositar la basura, una pequeña baranda hecha de ladrillo y rejas de acero, al abrir la primera puerta a unos pasos inician los escalones a la puerta principal, la que abrí para dejarlo entrar, yo traía unas zapatillas rojas, un vestido que me llega al primer tercio del muslo, un rostro para foto de revista y el pelo en rebelde, debo haberle dado una muy exitante impresión porque se apresuró a intentar besarme, traía las manos ocupadas en una una bolsa con cervezas, en la otra cigarrillos y el celular, todo salio volando y yo me quedé con la trompa paradita esperando el beso cuando el se estrellaba entre los escalones que no miro por la prisa en besarme.
No sabia si reírme o preocuparme de que se hubiera hecho daño, su cara blanca se puso más roja que una langosta hervida, para hacerlo sentir bien me incline le ayude a recoger todo y para que entrara en confianza al irnos ponernos de pie nos estábamos besando, ahí mismo en la puerta,luego caminamos al cuarto, iniciamos 3 horas de ajetreo, le sacamos una hernia al catre, pero tuvimos recesos y platicamos de cosas, intimidades que solo hablo con mis hombres, el me contó que su gusto por las personas como yo nació en el 2006, su inexperiencia lo hacía más atractivo para mis mañas, y me dio datos, fechas, cosas que se dicen entre las sabanas, me pregunto que yo cuando me había dado cuenta de mi, entonces mi turno de abrir mi historia se abrió y le conté algo que nadie sabe, y que hoy les voy a compartir.
En mis años de infancia a la edad de 6 años, cuando vivía en Tijuana, conocí a un niño un año mayor que yo en la escuela, el había reprobado primer año y yo apenas hiba entrando, era mi vecino y hasta el de día de hoy, es mi más grande y apreciado recuerdo, se llama, si aún vive, Rudi, él es el dueño de mi primer beso, el reponsable de que exista ternura en mi, el propietario de mis primeras lágrimas, el que recibió mis primeras cartas y pensamientos de amor, y yo no tengo ni siquiera una foto de el, solo las borrosas imágenes que viven en el muro de mi memoria como pinturas rupestres en cuevas del mundo para sorprender al visitante tanto como cómo me sorprende a mi cada que golpea a mi mente el recuerdo de aquel niño por el que lloraba a mi madre permiso para salir y estar con el, contruyendo sueños, castillos en el aire, jugando juegos extraños que después supe son los juegos del amor.
Hoy mientras camino por la avenida de la Roosevelt en Queens, arropada de pies a cabeza disfrutando del gélido clima Neoyorquino, voy regalandole tiernas sonrisas al viento, me detengo un momento y veo a una mujer y sus dos hijas gemelas que se ven hermosas y me pregunto cuando estaré lista para adoptar a los futuros dueños de mi mundo y mi existencia.
Alguien me ve a la distancia y cruzamos miradas, es una anciana, doy un paso al costado para cederle el paso, me toma el brazo y me dijo..
Si alguien a tu edad me hubiera hecho suspirar como lo estas haciendo tu ahora lo habría buscado hasta por debajo de las piedras.
Le sonrío ....Si tan sólo supiéramos lo que nos espera en la vida nos aferraríamos más a lo que entramos bueno en nuestro andar... conteste.
Continuo mi camino entre los ayeres de mi vida y el ruido del metro siete que corre imponente y sin cesar por los rieles de su puente.
Llego a casa y veo con detenimiento la prueba del delito, rastros dejados de lo ocurrido en la gran noche de anoche, las botellas que cayeron al piso y no se quebraron, las colillas de los cigarrillos que hacen que mi masmorra apeste a bar de mala muerte, y empiezo a recoger los usados condones múlticolores que dan fe que cuido de mi, tira la basura, me lavo las manos, me recuesto aun exahusta y acompaño mi pesadez con un paquete de chocolates ferrero, a cada mordida me recuerdan los besos del hombre de anoche,el hombre que literalmente cayó a mis pies.
Salí a la puerta después de que me aviso que ya había llegado, ya sabia como era físicamente de todos lados pero en su resguardo por el que dirán me había pedido no intercambiar fotos de rostro, como una verdadera "nalga pronta" de profesión que soy y sin importarme los riesgos de la clandestinidad me aventure a decirle que si, pero le puse una condición, si no me gustas te vas sin hacer drama.
Niñ@sssssss!!!!! Lo que me encontré al abrir la puerta,al ver los labios de ese hombre súbitamente se me deslizó la tanga hasta los tobillos, sentí un aire tipo la Rosa de Guadalupe, Jajaja (aquí es donde te ries)...
Donde vivo, al entrar hay un pequeño jardín sin flores, con una banca vieja y seis mega tambos para depositar la basura, una pequeña baranda hecha de ladrillo y rejas de acero, al abrir la primera puerta a unos pasos inician los escalones a la puerta principal, la que abrí para dejarlo entrar, yo traía unas zapatillas rojas, un vestido que me llega al primer tercio del muslo, un rostro para foto de revista y el pelo en rebelde, debo haberle dado una muy exitante impresión porque se apresuró a intentar besarme, traía las manos ocupadas en una una bolsa con cervezas, en la otra cigarrillos y el celular, todo salio volando y yo me quedé con la trompa paradita esperando el beso cuando el se estrellaba entre los escalones que no miro por la prisa en besarme.
No sabia si reírme o preocuparme de que se hubiera hecho daño, su cara blanca se puso más roja que una langosta hervida, para hacerlo sentir bien me incline le ayude a recoger todo y para que entrara en confianza al irnos ponernos de pie nos estábamos besando, ahí mismo en la puerta,luego caminamos al cuarto, iniciamos 3 horas de ajetreo, le sacamos una hernia al catre, pero tuvimos recesos y platicamos de cosas, intimidades que solo hablo con mis hombres, el me contó que su gusto por las personas como yo nació en el 2006, su inexperiencia lo hacía más atractivo para mis mañas, y me dio datos, fechas, cosas que se dicen entre las sabanas, me pregunto que yo cuando me había dado cuenta de mi, entonces mi turno de abrir mi historia se abrió y le conté algo que nadie sabe, y que hoy les voy a compartir.
En mis años de infancia a la edad de 6 años, cuando vivía en Tijuana, conocí a un niño un año mayor que yo en la escuela, el había reprobado primer año y yo apenas hiba entrando, era mi vecino y hasta el de día de hoy, es mi más grande y apreciado recuerdo, se llama, si aún vive, Rudi, él es el dueño de mi primer beso, el reponsable de que exista ternura en mi, el propietario de mis primeras lágrimas, el que recibió mis primeras cartas y pensamientos de amor, y yo no tengo ni siquiera una foto de el, solo las borrosas imágenes que viven en el muro de mi memoria como pinturas rupestres en cuevas del mundo para sorprender al visitante tanto como cómo me sorprende a mi cada que golpea a mi mente el recuerdo de aquel niño por el que lloraba a mi madre permiso para salir y estar con el, contruyendo sueños, castillos en el aire, jugando juegos extraños que después supe son los juegos del amor.
Hoy mientras camino por la avenida de la Roosevelt en Queens, arropada de pies a cabeza disfrutando del gélido clima Neoyorquino, voy regalandole tiernas sonrisas al viento, me detengo un momento y veo a una mujer y sus dos hijas gemelas que se ven hermosas y me pregunto cuando estaré lista para adoptar a los futuros dueños de mi mundo y mi existencia.
Alguien me ve a la distancia y cruzamos miradas, es una anciana, doy un paso al costado para cederle el paso, me toma el brazo y me dijo..
Si alguien a tu edad me hubiera hecho suspirar como lo estas haciendo tu ahora lo habría buscado hasta por debajo de las piedras.
Le sonrío ....Si tan sólo supiéramos lo que nos espera en la vida nos aferraríamos más a lo que entramos bueno en nuestro andar... conteste.
Continuo mi camino entre los ayeres de mi vida y el ruido del metro siete que corre imponente y sin cesar por los rieles de su puente.
Llego a casa y veo con detenimiento la prueba del delito, rastros dejados de lo ocurrido en la gran noche de anoche, las botellas que cayeron al piso y no se quebraron, las colillas de los cigarrillos que hacen que mi masmorra apeste a bar de mala muerte, y empiezo a recoger los usados condones múlticolores que dan fe que cuido de mi, tira la basura, me lavo las manos, me recuesto aun exahusta y acompaño mi pesadez con un paquete de chocolates ferrero, a cada mordida me recuerdan los besos del hombre de anoche,el hombre que literalmente cayó a mis pies.
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